lunes, 24 de octubre de 2011

Noches eternas

Amor a primera vista
El otro día en lo de Peter encontré una foto maravillosa de Ave Porco. Es una pena que en ese momento no existieran las cámaras digitales como ahora, pero al mismo tiempo le da un halo de misterio a la vida privada de esa época. En ese entonces realmente había que estar ahí para experimentar las cosas, no había álbumes de fotos online y, mucho menos, etiquetas (excepto esas horribles que te daban en las casas de revelados de fotos con globitos como de historietas, alguien debería volver a poner esas cosas en circulación, ya son vintage, ya pueden ser moda). Esta foto que les digo es de un desfile de Koturno en el ’96 (¡El 96! Hace 15 años, ¡hace una quinceañera!). Yo tenía 20 años y recién empezaba a salir a bailar, apenas había empezado a vislumbrar el camino, lleno de boas de plumas rosas, pestañas postizas kilométricas y plataformas de casi medio metro, que tenía por delante. Me acuerdo que fui con mi amigo la Albert (que después se hizo peluquero, ¡como yo!) y las dos nos quedamos lacias cuando vimos a la Peter caminando por la pasarela. A cada paso que taconeaba, sentía que las fichas me iban cayendo, que ése era mi camino a recorrer, que yo también quería estar ahí arriba, así de divina, ¡así de mujer! Yo todavía tenía el pelo corto y con claritos (la resaca de mi adolescencia grunge). Adelante mío está la Albert, con una campera de jean John L. Cook que habíamos ido a comprar esa misma tarde a una feria americana de Barrio Norte. Qué épocas… Qué se le va a hacer, estoy nostálgica.
El sábado fue la filmación del video promocional que Martín y su amiga Florencia hicieron para la banda. Hay tanto por contar… pero ahora me tengo que ir volando a hacer unos trámites por mi beca. ¡Gracias, Cristina! ¡Gracias por traerme de vuelta a este país hermoso y a esta ciudad mágica! ¡Por 4 años maravillosos!  

lunes, 17 de octubre de 2011

Lo que siente la mujer


Estoy más que contenta con las repercusiones que tuvo mi último post. Para mí es muy importante recibir tanta calidez después de abrir mi corazón de esa manera, así que desde ya les agradezco a todos por su apoyo y amor.
Acá pueden ver el cuchillo que le presté a
Peter para la presentación de Está
en la sangre
El post de hoy va a ser medio como uno de esos programas de resúmenes televisivos, porque en la última semana pasaron un montón de cosas y recién ahora me puedo sentar a contarles. El sábado pasado (no éste, el anterior, el 8) fue la presentación de Está en la sangre, el primer libro de poemas de Peter, que salió por Tocadesata, la hermosa editorial de Germán Weissi, Laura Mazzini y Paola Ferrari. Ese libro yo lo conozco por dentro. Me acuerdo todavía de la época en que se gestó, alrededor del 2007, cuando Peter leyó por primera vez sobre Richard Trenton Chase. Yo estaba en Barcelona y empecé a mandarle recortes que encontraba por internet. Así estuvimos hasta que a mediados del 2008 me mostró la primera versión del poemario. Mi reacción fue como la de Ana Becciú cuando leyó La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik: cerré todas las puertas y ventanas con llaves. Lamentablemente no pude ir a la presentación; estaba toda lista cuando me empecé a sentir mal y me tuve que quedar en casa. De todas formas, encontré mi manera de participar en el evento. A eso de las 4 de la tarde de ese sábado, me llegó un mensaje de Peter histórico: “¿Tenés un cuchillo que de miedo? Yo tengo solamente un tramontina”. Me morí de la risa. Antes de ir para Brandon, pasó por casa y le presté el cuchillo que uso para cocinar, que esa noche sirvió para fines un tanto más oscuros que de costumbre.
El martes pasado hubo una nueva reunión de bailarines y esta vez ya tocó empezar a practicar coreografías. Me da gracia el número que se produce cada vez que se ponen a bailar juntos Hernán, Emi y Peter. Hernán es bailarín y quiere hacer todo un despliegue de baile increíble (que lo es, porque baila tan, pero tan bien). Al mismo tiempo, Emi es actor y se preocupa menos por los pasos y más por la onda y por la historia que se está contando. Por último, Peter tiene que bailar y, a la vez, cantar. Al final lograron ponerse de acuerdo y salieron unos pasos increíbles que yo ya me aprendí, ya me van a ver revoleando la peluca entre el público. Después de tanto trabajar nos comimos unas empanadas y me contaron sobre cómo salió la presentación del libro. Peter también nos estuvo comentando sobre su viaje a Mar del Plata para presentar La peli de Batato y el contraste que había entre el hotel de lujo al que lo mandaron y el micro (lleno de cucarachas) en el que viajó. Parece que algunas cosas tardan más en cambiar…
Antes de dejarlos, quiero hacer un par de comentarios y anuncios breves.
Primero, ¿quieren saber cómo se llama el disco nuevo de Peter Pank & Los Chicos Perdidos? Si son personas atentas, seguro que ya se enteraron. Si no, tienen una oportunidad para adivinar. En el próximo post, revelo eso. Segundo, este viernes 21/10 se va a proyectar La peli de Batato en el CineClub Divine. Esto es en La Usina (Bulnes 326, Almagro), a las 20.30 hs y GRATIS. Yo seguro que voy, así que el que me quiera conocer, ¡ésta es su oportunidad!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Débora y yo

Después de que Fok me insistiera toda la semana cada vez que me quedé a dormir en su casa, me decidí por contar un poco quién soy yo a las personas que solamente me conocen a través del blog. Débora Gamerro nació como tal en 1996, al momento en que me di cuenta de quién era yo realmente, quién había nacido para ser. Lo anterior fue un camino, un recorrido que hice y que me trajo hasta donde estoy ahora. Se podría decir que tuve dos nacimientos, uno en 1976 y otro en el 96, pero sé que, al mismo tiempo, yo nací de esta manera.
Marilyn Manson circa 1996, mi
musa inspiradora
¿Por qué 1996? Porque fue cuando descubrí a Marilyn Manson y las posibilidades de adecuar mi identidad a como realmente me sentía. Me sentí inmediatamente capturada e identificada con su androginia y su monstruosidad y eso no me volvió a pasar con otro artista hasta este año cuando Lady GaGa lanzó Born This Way. En el fondo siempre me sentí como Marilyn Monroe en The Misfits (mi película favorita): un desecho de la sociedad, una completa inadaptada. Y esto se vio acrecentado por ser hija de padres desaparecidos. Nací despojada de una identidad y tuve que crearla por mi cuenta.
Pasé por varias carreras universitarias, hice el CBC para Filosofía y cursé medio cuatrimestre de Astronomía en la UNLP, hasta que me decidí por Oceanografía en Exactas. Puede sonar aburrido, pero siempre me sentí intrigada por el mar, por las olas, por la luna y por lo hay en el fondo del agua. Al mismo tiempo me dediqué brevemente a la actuación en algunas obras independientes y empecé a bailar en boliches como Ave Porco y El dorado. En esa época fue que nos conocimos con Peter en ese casting histórico y empezamos a hacernos cada vez más amigas (digo amigas porque, aunque usted no lo crea, señora, Peter era una señorita en los 90, una sirena con su larga cabellera dorada).
Me recibí de Licenciada en Oceanografía con diploma de honor y conseguí un trabajo excelente en una empresa, pero el 2001 desbarató todos mis planes. Ese puesto (y la empresa, al poco tiempo, también) se cayó y me encontré en medio de la nada. Como muchas otras personas, vendí todos mis discos, cassettes, CDs, VHS, muebles, todo, TODO, y me fui para España. Lo lógico hubiera sido buscar un trabajo dentro de mi especialidad, pero me hice amiga de otra chica trans española que vivía en Barcelona y me consiguió trabajo en la peluquería donde estaba ella. Nunca había cortado un solo pelo, pero les hacía unos peinados soñados a todos mis amigos, así que empecé dedicándome a eso, a peinar novias, chicas que cumplían años, divorciadas aburridas y mariquitas.
Al principio extrañé muchísimo la Argentina y a todos los que había dejado atrás y así empecé a escribir cada vez con mayor regularidad. Todo había empezado en las trasnoches del Ave Porco con Peter, a veces nos quedábamos en el camarín borrachas escribiendo cadáveres exquisitos o leyendo poemas de Alejandra Pizarnik y Sylvia Plath. Antes de irme tuve la suerte de ver la versión de Peter de “Los poseídos entre lilas” y casi interpreté yo misma de Futerina, pero estaba a punto de recibirme y no podía preparar finales y mi tesis y, al mismo tiempo, ensayar todos los días. Por esas causalidades de la vida, en el 2006 me cayó a mi casa en Barcelona Germán Weissi, un amigo de Peter que estaba de paseo por Europa. Se quedó un par de días conmigo y me contó que era editor de poesía. Le mostré mis cuadernos y quedó flasheado. Me pidió que le mande poemas para publicar. Tardé años en animarme, hasta que en el 2009 le mandé por correo 4 copias manuscritas de “La perdida”, que salió publicado en el volumen 2 de Poesía Manuscrita. Como no pude venir para la presentación, le pedí a mi amiga la Bedoya que hiciera una performance en mi nombre. Me dijeron que fue un escándalo.
Durante todo este tiempo pensé que nunca iba a volver a la Argentina, hasta que el año pasado me encontré con un ex compañero de la facultad de vacaciones en Ibiza. Me dijo que tenía que volver, que por qué no me presentaba a la beca CONICET, que las cosas en el país habían cambiado y que podía retomar mi brillante carrera (lo de brillante lo dijo él, eh). Al principio dudé. Lo pensé y lo pensé, me moría de ganas de volver, de respirar de nuevo este aire arrabalero, de pisar estas baldosas flojas con mis tacos de 15 centímetros. Pero, al mismo tiempo, me moría de miedo. ¿Cómo volver? ¿Cómo se vuelve a un lugar? Me presenté a la beca y seguí con mi vida como si nada y, en Marzo de este año, en el último día del invierno, me llamaron para decirme que había ganado. El resto de la historia lo pueden leer en este blog.   

jueves, 6 de octubre de 2011

Conversación de una mujer afortunada a la hora de su yogur


Qué noche, Teté. Creo que mi deseo se hizo realidad y empiezo a vivir en una noche eterna. Me embarqué en un viaje que nunca termina, un barco ebrio que nunca se hunde, sino que sigue y sigue y sigue y así sucesivamente. Creo que es el primer día desde la última vez que escribí acá que me puedo sentar a volcar algo de la experiencia y sé, ya de antemano, que algo se me va a escapar. Los peligros de vivir a medio camino entre la realidad y la fantasía con un cuerpo mitad diseñado y mitad adquirido biológicamente.
Antes de ayer tuvimos otra de nuestras maravillosas reuniones de banda para planificar el próximo show de fin de año y me atrevo a decir que fue la mejor de todas hasta el momento. Quería llegar primero para hablar de unas cosas personales con Peter, pero se me hizo tarde chateando con uno por internet. Cuando llegué ya estaba Emilianito, que había traído Coca y Kesbun. Entre paréntesis: ¿Alguien se acuerda de las Kesbun? Yo nunca jamás las registré. Ni en los 70, ni en los 80 y mucho menos en los 90. Será una cuestión generacional, como ahora tampoco tengo idea de esas porquerías. Hay que cuidar la figura, chicos, llega una edad a la que una ya no puede descuidarse ni con una galletita. Cierro paréntesis. Al ratito llegó Novella, que se puso a hablar de computadoras con Peter. Ay, cómo me hace reír Peter. Yo me acuerdo de lo poco que entendimos siempre de tecnología, por suerte siempre hubieron caballeros a nuestro alrededor para resolvernos ese tipo de temas. Después llegó Fok. Fok. Fok- Fok. Mi corazón palpita al ritmo de su nombre. Con él nos quedamos hablando un rato largo del recital de Tears for fears y del próximo show de Britney. La pregunta clave (para mí) era si vendrá o no Lady GaGa el año que viene. Espero que sí, aunque temo por su integridad física ante el odio que sienten Emilianito y toda una legión de fans de Madonna que la ODIAN. Para mí es el futuro, ¿qué quieren que les diga? Después llegó Hernán con Chika Rabieta y Juanchi, que no los veía hacía mil y, por último, Lucía (que cada vez estoy más convencida de que es mi reencarnación biológicamente correcta).
A todo esto, mientras iban cayendo al baile, Emilianito se ocupó de disponer sobre la cama de Peter todo el vestuario que iban trayendo. Cuando estuvimos todos reunidos empezó el desfile y las víctimas, obviamente, fueron Emi y Hernán. Primero se probaron toda la ropa de jean que iría para el segundo segmento del show. Qué nostálgica que me puso ver tanto, tanto jean junto. La última vez que usé una campera de jean fue en el último recital de Cleopatra Paradis y esa misma campera es la que va a usar Hernán ahora. Increíble. Después los chicos se probaron la ropa de cuero que iría para la apertura del recital. Emi tenía un pantalón divino, pero el espectáculo ahí lo dio Hernán con un pantalón de vinilo, cuerina, no sé qué cuernos era, pero parecía que se lo hubieran pintado con aerosol en las piernas. Me mató. Sobre la ropa de las otras dos partes del show solamente se habló porque no la teníamos ahí. Sólo puedo comentar que se van a llevar una buena sorpresa para la tercera parte, la andrógina, especialmente por parte de Fok y Novella. Me muero por abrir la boca y contar todo, pero mejor que quede en suspenso. Todo está todavía en pleno proceso de producción.
Después de toda la fiesta de disfraces llegó el momento de relax y mi queridísima Chika Rabieta sacó una cajita mágica con polvo de hadas. Nos roció a todos los que quisimos y la noche se me desdibujó por completo. Cuando salimos le dije a Fok que me daba pena desperdiciar tanta locura en volver a mi departamento a dormir, así que me invitó a su casa a seguir la noche con él.