jueves, 6 de octubre de 2011

Conversación de una mujer afortunada a la hora de su yogur


Qué noche, Teté. Creo que mi deseo se hizo realidad y empiezo a vivir en una noche eterna. Me embarqué en un viaje que nunca termina, un barco ebrio que nunca se hunde, sino que sigue y sigue y sigue y así sucesivamente. Creo que es el primer día desde la última vez que escribí acá que me puedo sentar a volcar algo de la experiencia y sé, ya de antemano, que algo se me va a escapar. Los peligros de vivir a medio camino entre la realidad y la fantasía con un cuerpo mitad diseñado y mitad adquirido biológicamente.
Antes de ayer tuvimos otra de nuestras maravillosas reuniones de banda para planificar el próximo show de fin de año y me atrevo a decir que fue la mejor de todas hasta el momento. Quería llegar primero para hablar de unas cosas personales con Peter, pero se me hizo tarde chateando con uno por internet. Cuando llegué ya estaba Emilianito, que había traído Coca y Kesbun. Entre paréntesis: ¿Alguien se acuerda de las Kesbun? Yo nunca jamás las registré. Ni en los 70, ni en los 80 y mucho menos en los 90. Será una cuestión generacional, como ahora tampoco tengo idea de esas porquerías. Hay que cuidar la figura, chicos, llega una edad a la que una ya no puede descuidarse ni con una galletita. Cierro paréntesis. Al ratito llegó Novella, que se puso a hablar de computadoras con Peter. Ay, cómo me hace reír Peter. Yo me acuerdo de lo poco que entendimos siempre de tecnología, por suerte siempre hubieron caballeros a nuestro alrededor para resolvernos ese tipo de temas. Después llegó Fok. Fok. Fok- Fok. Mi corazón palpita al ritmo de su nombre. Con él nos quedamos hablando un rato largo del recital de Tears for fears y del próximo show de Britney. La pregunta clave (para mí) era si vendrá o no Lady GaGa el año que viene. Espero que sí, aunque temo por su integridad física ante el odio que sienten Emilianito y toda una legión de fans de Madonna que la ODIAN. Para mí es el futuro, ¿qué quieren que les diga? Después llegó Hernán con Chika Rabieta y Juanchi, que no los veía hacía mil y, por último, Lucía (que cada vez estoy más convencida de que es mi reencarnación biológicamente correcta).
A todo esto, mientras iban cayendo al baile, Emilianito se ocupó de disponer sobre la cama de Peter todo el vestuario que iban trayendo. Cuando estuvimos todos reunidos empezó el desfile y las víctimas, obviamente, fueron Emi y Hernán. Primero se probaron toda la ropa de jean que iría para el segundo segmento del show. Qué nostálgica que me puso ver tanto, tanto jean junto. La última vez que usé una campera de jean fue en el último recital de Cleopatra Paradis y esa misma campera es la que va a usar Hernán ahora. Increíble. Después los chicos se probaron la ropa de cuero que iría para la apertura del recital. Emi tenía un pantalón divino, pero el espectáculo ahí lo dio Hernán con un pantalón de vinilo, cuerina, no sé qué cuernos era, pero parecía que se lo hubieran pintado con aerosol en las piernas. Me mató. Sobre la ropa de las otras dos partes del show solamente se habló porque no la teníamos ahí. Sólo puedo comentar que se van a llevar una buena sorpresa para la tercera parte, la andrógina, especialmente por parte de Fok y Novella. Me muero por abrir la boca y contar todo, pero mejor que quede en suspenso. Todo está todavía en pleno proceso de producción.
Después de toda la fiesta de disfraces llegó el momento de relax y mi queridísima Chika Rabieta sacó una cajita mágica con polvo de hadas. Nos roció a todos los que quisimos y la noche se me desdibujó por completo. Cuando salimos le dije a Fok que me daba pena desperdiciar tanta locura en volver a mi departamento a dormir, así que me invitó a su casa a seguir la noche con él.  

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