Ayer fui a lo de Peter Pank. Hacía
como 10 años que no lo veía; cuando me bajó a abrir no lo podía creer, está
IGUAL. Para mi hay algo raro y tiene que ver con el día que nos conocimos. Fue
en un casting grupal para una obra de teatro, o una publicidad, no me acuerdo.
Nos pusieron en ronda y teníamos que presentarnos uno por uno diciendo nuestro
nombre y algo que nos identificara. Sara Calla, actriz. Juan Palacios, actor.
Walter Quiroz (¡sí, estaba Walter Quiroz! Era tan lindo ya en esa época… y
tenía la piel tan suavecita, bueno, eso no importa). La cosa es que en un
momento me tocó a mí. Me paré y dije: “Soy Débora Gamerro y soy vampiro”. Con
eso me lo gané, a la salida vino a hablarme y le dije que lo conocía, que había
visto sus obras de teatro en el Bululú y que era fan de Las sangrientas hijas del Dr. Lecter. A partir de ahí fue como amor
a primera vista. Lo lindo fue verlo de vuelta y seguir teniendo onda. A lo que
iba con todo esto es a que me parece que yo no era la única vampira, pero eso
siempre lo sospeché.
Estuvimos escuchando el último disco
de Michael, no el último que sacaron después de que se murió, el otro, Invincible. Flashamos con cómo Nsync,
Britney y Justin Timberlake robaron de ahí a más no poder. La semana pasada
enganché el E! True Hollywood Story de La Toya Jackson y me horrorizó ver
a esa familia. Con Peter siempre lo dijimos: todos vivieron de Michael y siguen
haciéndolo ahora después de su muerte. Después fumamos unas flores divinas, muy
fuertes, mientras escuchamos un “Grandes éxitos” de Grace Jones y quedamos
planchados. Cómo lo quiero a Peter, me pone muy contenta saber que lo voy a ver
mucho ahora que estoy acá. Dentro de poco salimos juntos en la colección 4 de
plaquetas de poesía de Proveedora de Droga y voy a estar ayudándolo con la
producción de su primer álbum, Neverland
Bizarro.
Continuará…
No hay comentarios:
Publicar un comentario