sábado, 17 de septiembre de 2011

¡Inspiración!

Pero qué semana, che. Perdonen que tardara tanto en escribir. La verdad, me cuesta encontrar un momento para sentarme tranquila frente al ordenador a escribir. El viernes pasado me volví a encontrar con Peter. Me propuso ser la cronista oficial de Peter Pank & Los Chicos Perdidos usando este blog como plataforma, lo cual me pareció una idea espléndida y la perfecta excusa para actualizarlo de manera regular. Bueno, mi primera misión fue cubrir la reunión de la banda ese mismo viernes más tarde.
Los chicos perdidos fueron llegando de a uno. Primero, Fok. Ay… Fok. Es como un superhéroe, pero de carne y hueso. Según me dijeron, ahora está más flaco, más contorneado, algo de la dieta de los fisicoculturistas que no terminé de entender. Lo único que puedo asegurar es que es un muñeco soñado. Después vinieron Emiliano y Hernán, los bailarines, otros dos muñequitos. Hernán estaba cansado, pobre, venía del ensayo con su compañía de danza. Se le nota en el cuerpito que es bailarín. Entre él y Fok no tuve paz toda la noche, jaja. Emiliano me hizo reír mucho. Estaba muy inspirado y a mí, la gente inspirada, me inspira. Propuso hacer un show todavía más teatral en la próxima presentación, usando la escenografía de la obra en la que estuvo trabajando. Bueno, esto es una indiscreción, no sé si puedo contar tantos detalles… En fin, de los chicos faltó Novella solamente. Después vinieron Chika Rabieta y Juan Manuel, dos nenes hermosos que hacen la prensa de la banda. Chika Rabieta y yo nos hicimos bastante amigas, me gusta la gente osada y ésta se nota que es BIEN atrevida. Parece que ya hay una fecha pautada, pero de eso todavía no voy a adelantar nada.
El miércoles fui a ver La peli de Batato, que la dieron gratis en Casa de Misiones, cerca de Santa Fe y 9 de Julio. Me costó un poco llegar a las 6 de la tarde ahí, un horario medio de mierda la verdad, pero la película me emocionó hasta las lágrimas. Me hubiera encantado estar para el estreno en el BAFICI, pero no podía venirme para acá todavía. Ay Batato, cuántos recuerdos… Yo no lo conocí nunca, siempre fantaseé con haber sido amiga de Peter en ese momento para vivir esa experiencia con él. Sí lo conocí a través de su relato, del corto 14 pavos reales y, bueno, de lo que todo el mundo comenta sobre él. La película produce un efecto impactante porque, justamente, Batato siempre circuló como una leyenda popular, casi como un mito y, de repente, uno accede a ver su historia, su propio testimonio y el de los demás por 2 horas y media. Es como una vida que te pasa por delante, una vida divina.

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